lunes, 15 de octubre de 2012


CAPITULO 46

[Narra Harry]

Llamo a la puerta de su cuarto, escucho esa risa que amo de ella, así que sonrío, solo de imaginármela. No sabía que se podía llegar a querer a alguien tanto, no puedo explicarlo, es como si ahora que la he conocido ya no pudiese estar sin ella, no seria el mismo, lo sé.

-Amor, ¿vas a entrar? –Con su dulce voz me hace reaccionar, y, si pensarlo dos veces, abro la puerta-

-Hola pequeña –Sonrío dulcemente, mirando lo guapa que está, con una simple toalla roja envuelta al cuerpo, sin maquillaje alguno y con el pelo mojado. Ella sonríe al verme-

-Vamos, entra –Me acerco, dejando que apenas un centímetro nos separe. Noto su respiración, hasta eso es perfecto en ella. Lentamente pongo mis labios sobre los suyos, ella los mantiene cerrados, poco a poco, los abro y los saboreo. Es la mejor sensación que puedes tener en la vida. Paso de tener las manos en su cintura a ponerlas en su espalda, llego al borde de la toalla, y es ahí donde tengo la inseguridad. Pero decido por quitársela poco a poco, ella se ruboriza, y me encanta, es tan mona. Pero, por desgracia, vuelvo a colocar corriendo la toalla antes de dejarla caer al suelo debido a unos toques en la puerta, que, de repente, se abre-

-Ay cariño, perdona, pensaba que estabas sola –Mira a su hija, dándose cuenta de que no está vestida, me mira a mi, creo que se está asustando- Harry, querido, ¿por qué no dejas que Brittany se vista tranquila? Espérala abajo, seguro que no tarda nada

-Claro, no es molestia –Hago intención de irme cuando Brittany me agarra del brazo-

-No, no te vas. Mamá, no estábamos haciendo nada malo, Harry puede quedarse

-Cariño, ¿y ver cómo te preparas?

-Si, ¿por qué no? Es mi novio

-Pero que te vea sin ropa tan deprisa… -Comienzo a sentirme incómodo, si su madre supiera que ya he visto a su inocente y pequeña niña desnuda…-

-Mamá, por favor, déjanos a solas –Y, un poco molesta, se va- Lo siento, es que se piensa que tengo doce años

-Doce no, pero casi quince si. Eres una enana todavía

-¿Si? Pues recuerda esas palabras, porque voy a ser enana para todo. Para todo. –Recalca para que pille bien lo que quiere decirme- Además, en una semana cumplo quince, idiota

-Que no, que era broma, no te enfades –Me acerco por detrás y comienzo a besar su cuello lentamente, noto como un escalofrío se apodera de ella, aprovecho la ocasión para tumbarla en la cama. Vuelvo a coger el borde de la toalla, pero ella sujeta mis manos antes de que lo haga-

-No es justo que yo ande ligera de ropa y tu completamente tapadito –Sonrío y me quito la camiseta-

-¿Mejor? –Mira con atención mi torso, se muerde el labio-

-Si, mucho mejor –Y ahora busca mi boca con deseo, la besa intensamente. Vuelvo a la toalla, empiezo a quitarla, pero solo la abro un poco, dejando asomar sus pechos. Mi respiración comienza a ser agitada. Ella leva sus manos al botón de mi pantalón vaquero y lo desabrocha, me mira desafiante, baja la cremallera. Pero algo pasa, maldita conciencia-

-Brit, cariño

-¿Qué? –Murmulla sin separar sus labios de los míos, sin dejar de agarrarme con deseo-

-Tienes a toda la familia en casa, ¿de verdad quieres?

-Tengo muchas ganas Harry –Me mira intensamente, no puedo, menuda tentación-

-No, con la gente en casa no, venga, vístete, que en mi casa si que no hay nadie –Se levanta molesta mientras se coloca bien la toalla-

-Pues como se me pase el calentón luego no me eches culpas

-Yo lo recupero

-No, eso no se recupera. Venga vete, que voy a prepararme

-¿No decías que no te importab…?

-Vaaaaaaaamos –Me empuja hacia la puerta sin dejarme hablar, esta chica es un caso, pero la amo-

*Una hora más tarde, en la solitaria casa de Harry*

-Harry, son casi las dos, tengo hambre –Me mira con cara de pena-

-Ven, Liam hizo unos macarrones antes de irse, seguro que están muy ricos, vamos.

-Mmm… macarrones –Se adelanta y va a la cocina- Voy poniendo la mesa, tú sirve la comida

-Como mande la señorita –Me deja los platos en la encimera, para que me sea más cómodo y pone los vasos-

-¿Tenedor o cuchara?

-Tenedor, en esta casa es tenedor siempre –Se ríe a carcajadas, creo que va a asfixiarse, ha pillado que lo decía por Liam-

-Vale vale, lo tendré en cuenta entonces –Termina con el pan, el agua, y las servilletas. Se acerca y me abraza por detrás, mirando detenidamente como dejo caer los macarrones-

-¿Así está bien? –Le muestro su plato y asiente, dándome un beso en la mejilla. Lo coge y se sienta, termino de llenar el mío y me siento frente a ella. Se lleva el primer macarrón a la boca-

-Oh, están muy ricos, Liam cocina muy bien

-Le enseñé yo –Ríe irónicamente-

-Si, ¿verdad? Yo creo que sí –Más ironía-

-Recuerdo el día que cenamos pizza en tu casa, acabaste manchada de tomate por todos sitios… Los macarrones también llevan tomate, ¿sabes?

-¿Me mancharías de tomate? –Dice con un tono más dulce aún y pone una tierna carita de pena-

-No, no no –Me acerco y beso su puntita de la nariz, ella la arruga sonriente, me encanta, hasta un punto inimaginable. Vuelvo a sentarme correctamente y sigo devorando los deliciosos macarrones-

-¿Qué haremos después?

-Yo estoy algo cansado, me he levantado más temprano de lo habitual

-Yo también

-¿Una peli entonces?

-¿De dibujos animados?

-No, Brittany, por favor no…

-Ay, siiiii, venga va

-Que no, es que no me apetece en serio

-Porfi, porfi, porfiiiiii –Se pone de pie, cerca de mi para suplicarme, me separo un poco de la mesa, dejando que ella se siente encima de mi, de espaldas a la mesa, pone su cara muy cerca de la mía, y cuando va a darme un beso, apoya el codo en el plato de mis macarrones- ¡Mierda! ¡Me he manchado! Por tu culpa

-¿Mi culpa?

-Si me hubieses querido poner los dibujitos… -Coge una servilleta y se limpia el codo-

-Eres peor que mi hermana pequeña

-¿Si? –Me restriega la servilleta manchada por toda la cara, llenando de tomate también un pequeño mechón que caía sobre mi frente-

-Corre

-¿O sino qué?

-Mueres embadurnada en tomate

-Si, cla… –Le lanzo un macarrón antes de que pueda terminar la frase, su cara de idiota muestra su sorpresa, no lo esperaba para nada. Con toda su furia me tira más macarrones, pero la puntería le falla. Vuelve a tirar otro, lo esquivo. Le lanzo uno, en plena mejilla. Cruza sus brazos. Otro intento, fallido también. Rabiosa coge al plato, tirándome todo su contenido a la cabeza. Me quedo paralizado-

-Hala, mira como me has puesto –Deja el plato sobre la mesa. Mira detenidamente mi cara manchada, un lado de la camiseta y algún que otro mechón de pelo. Empieza a reírse, tanto, que acaba tirada en el suelo- No te rías, tengo tomate por todas partes

-Y yo en el labio y en la mejilla, mira –Me señala las dos pequeñas manchas-

-Pero eso se quita en un momento, verás –Me tumbo encima de ella, sin dejar caer todo mi peso para no aplastarla, beso la comisura de sus labios, deshaciéndome de la primera mancha. Miro su mejilla colorada, es graciosa. Paso lentamente mi dedo índice por ella, luego, lo limpio en mi camiseta- ¿Has visto? Ya está –Me roba un beso, luego se gira rápidamente y se levanta-

-Pero aún así, estoy pegajosa –Coge mi dedo para que lo compruebe, y, como es cierto, la llevo al baño. Una vez allí abro el grifo, limpiando poco a poco su carita con cuidado. Ella se deja hacer, le encanta. Listo, lo cierro y cojo la toalla, para quitar las gotas de agua que le quedan- Gracias –Vuelve a darme un beso, más intenso esta vez- Haría lo mismo contigo, pero tú estás directamente para meterte en la lavadora –Río a carcajadas, dejando que ella me acompañe- Mira, tú ve duchándote y yo limpio abajo, que se ha quedado todo hecho un desastre

-¿No te importa hacerlo tú sola?

-Que va, si prácticamente ha sido culpa mía

-Ois, te adoro, gracias –Una sonrisa como respuesta. Beso su frente y doy el agua caliente, ella sale del baño y yo me desnudo. Intentando terminar de ducharme lo más rápido posible, para volver a sentir sus preciosos ojos sobre los míos-

[Narra Louis]

-Mira Nerea, quizás la avería esté aquí

-No, eso está perfectamente, ¿no lo ves?

-Tienes razón, es la primera vez que no doy con el problema a la primera, que rabia –Me aburro con esto, no quiero que sea la moto lo que nos una-

-Louis vale ya

-¿Qué? –No entiendo a que viene eso ahora-

-No soy idiota, ¿vale?

-¿Qué quieres decir? –Estoy verdaderamente confuso-

-Tanto tú como yo sabemos perfectamente donde está el fallo en mi moto

-¿Sabes qué le pasa?

-Si. Y tú también –Sorprendido, no pensé que fuese a descubrirme-

-¿Tan mal actúo?

-No, pero la primera vez que viste mi moto tu cara lo dijo todo

-Explícate

-Tu expresión daba a entender que era algo fácil de reparar, algo rápido.

-Y así es

-¿Por qué lo has hecho?

-Quería pasar tiempo contigo, pero no estaba del todo seguro de que tú quisieses lo mismo, y si esta era la forma que tenía de estar aunque fuesen unos minutos a tu lado, tenía que arriesgarme

-Entiendo…

-¿Estás enfadada?

-Por supuesto que no, la primera mañana que quedamos ya descubrí que es lo que pasaba, pero tampoco dije nada, por el mismo motivo diría yo, así que no tengo razones para estar enfadada

-¿Y ahora qué?

-Arreglamos esto, supongo

-¿Y con nuestros sentimientos?

-Ah, eso… Hacerlos caso, ¿no? Los sentimientos siempre hay que tenerlos en cuenta, no podemos darlos de lado.

[Narra Harry]

Bajo casi corriendo las escaleras, con el pelo mojado aún, arriesgándome a coger un resfriado, pero me da igual, el amor no puede esperar.

-Ya estoy cariño –Ella cierra el grifo, se seca las manos en un trapo y acto seguido lo dobla, dando así por terminada la tarea-

-Yo también –Se gira y me mira sonriente- ¿Qué haces con el pelo mojado? Deberías habértelo secado

-Quería bajar antes, para saber si necesitabas ayuda, un beso o algo –Suelta una leve risa-

-Lo primero no, pero lo segundo, no me vendría nada, nada mal –Me acerco a ella y pongo mis manos con cuidado sobre su cintura, despacio, muy despacio arrimo mis labios a los suyos, siento su dulce sabor durante unos segundos y ella me aparta- Amor, es que me estás mojando

-Perdona cariño, ahora mismo subo a secármelo

-No no, espera –Algo extrañado, vuelvo atrás y me coloco frente a ella-

-Dime

-Es que, sé que tu pelo es sagrado para ti pero, a mi me encanta y… -Comienza a acariciar uno de mis rizos, lo mira tiernamente- ¿Me dejas que te peine?

-¿Brit?

-Jolin, ¿qué?

-Nada, me sorprende que digas eso –Suelto alguna que otra risa-

-Sé que suena infantil, pero tu pelo es tan, tan… -Empieza a hacer gestos raros que hacen que me duelan las mejillas al reír-

-Lo pillo, claro que puedes mi niña, pero solo tú

-¡BIEEEEEEEEEEEEN! –Se sube a mi cintura y me rodea con sus piernas, pasa los brazos alrededor de mi cuello y esconde también su cabeza en él, luego un escalofrío- Uy, es que estás mojado –Más risas por parte de los dos- ¿Peso mucho?

-No cariño, puedo contigo perfectamente

-Pues venga, vamos  

Y así hago. Una vez arriba la dejo en el suelo con cuidado, cojo un taburete y enchufo el secador mientras ella mira entretenida. Coge el peine y lo mira, esperando a que me siente, una vez hecho, comienza con la tarea. Muy lentamente echa mi pelo hacia atrás, despacio y con cuidado, yo cierro los ojos, me relaja un montón. Masajea mi cabeza y la echa hacia atrás para besar mi frente, sonríe y empieza con el secador. En apenas minutos ha terminado, toca mi pelo una vez más y cierra los ojos. Ninguna chica antes había tenido este detalle conmigo, que, por infantil que sea, tiene su punto romántico. Nadie me había demostrado que se fija tanto en algo como mi pelo, pero sé perfectamente la explicación del porque ella si, y es sencillo. Porque Brittany es única, Brittany es la chica indicada, es mi chica indicada.

3 comentarios:

  1. Siguelaaaa!! Esta tremenda! Me encanta L

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  2. Necesito leer mas estoy super intrigada !

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  3. Si no leo más de esto pronto, creo que moriré.

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