lunes, 21 de julio de 2014

  CAPÍTULO   19

-¿Sigues colocando esto? Tengo que hacer una llamada, será solo un momento.

-Claro, ve, pero no tardes porfiiiiii.

-Si me lo dices así no puedo hacerte esperar, vengo antes de que puedas darte cuenta.

Alex termina de recoger cinco minutos después metiendo el tomate frito en la despensa y los yogures en la nevera. Pone los brazos en jarra, observando que todo esté en orden, y satisfecha se dirige al cuarto de Adrià para ver cómo va, pero se detiene a medio camino al escuchar su voz enfadada.

-¡¿Y qué querías que hiciera?! ¿¡Que se lo contara?! … Pero es lo único que se me ha ocurrido, ¿no lo entiendes? … No creo que me estés haciendo elegir … ¡Cálmate! ¡Consigues que grite y me va a escuchar! … Déjalo, déjalo, voy ahora mismo a tu casa.

Alex avanza unos pasos y se topa con Adrià en la puerta, viéndole como nunca antes lo había hecho. Una mezcla entre enfadado, nervioso, y sorprendido.

-Cariño, ¿todo bien? Te he oído dar voces y…

-Ahora no, Alex.

-Pero, ¿dónde vas? Y a estas horas….

-A casa de un amigo que tiene problemas, vengo ahora.

-¿Tardarás mucho?

-No. No lo sé, luego te digo algo. –Adrià observa el rostro de su chica, y se da cuenta de que no es justo- Tranquila, ¿vale? Piensa que te quiero.

Antes de que Alex pueda contestar, su novio se ha marchado, no le queda más remedio que dar media vuelta y meterse en su habitación. Últimamente está algo raro, y Josh, ni una llamada, ni un mensaje, solo un simple plantón que no le cuadra. No sabe por qué se le ha venido a la mente, pero no busca explicaciones debido a que le ocurre constantemente. ¿Si tantas ganas tenía de verla, por qué no apareció? No tiene ni idea de qué hacer con él, pero si sabe qué hacer en este momento. Se pone música y se tira en la cama a escuchar, a dejar de pensar. A pesar de haberse quedado tranquila, la preocupación no desaparece del rostro de Alex, y eso es algo que se hace notar a aunque ponga todo el empeño para que pase desapercibido.

-A ver, ¿qué es lo que te ocurre?

-¿Perdona? No te he escuchado, tenía el volumen al máximo.

-Sí que es grave…

-¿Qué es grave?

-Lo que quiera que sea que te pase. Cuando pones la música al máximo puede significar dos cosas, una: que estás tan feliz que necesitas reventar tus tímpanos, y dos: que estás tan triste que necesitas escapar del mundo y de tu realidad.

-Oriol, estoy bien.

-¡JÁ! Perdona cariño, pero eso a una pitonisa como yo, no le convence. Al igual que tengo un don para saber cuando un chico es gay y cuando no, lo tengo para saber cuando algo te perturba.

-Contigo es imposible, así que te lo voy a contar antes de que me vuelvas loca. –Después de saber por dónde empezar, le cuenta sin perder detalle lo sucedido con Adrià, y con Josh…-

-No sé qué decir… -Oriol aparta la mirada con nerviosismo, y es que sí tiene que decir, pero un trato es un trato, aunque… ¿Sirven las promesas cuando la felicidad de tu mejor amiga depende de ello?-

-No te reconozco.

-¡¿Qué?!

-¡Tú siempre tienes algo que decir!

-Creo que deberías seguir adelante con Josh. –Alex no puede evitar dirigirle una mirada perpleja- ¡No me mires así!

-¡¿Con Josh?! ¡Pero si ni si quiera me ha dado una explicación! Además, no sé qué mosca te ha picado… ¿Cómo voy a salir con Josh?

-He dicho seguir adelante, no salir, eso ha salido solo de tu boquita. Y cuando el río suena…

-Sí, sí, pero, ¿por qué?

-Mira, Adrià no me da buena espina, y ya sabes que mi radar siempre está actualizado y en perfecto funcionamiento.

-¡Pues espero que esta vez esté roto!

-Haz caso a los mayores, y no le apartes de tu vida. Nunca sabes que puede pasar…

-Adrià me ha prometido que será para siempre, ¡me querrá pase lo que pase! Y el otro no me da señales de vida.

-Hay veces que no sabemos lo que prometemos, lo hacemos sin darnos cuenta de las consecuencias que eso puede llevar. Promesas como: ‘’Te haré feliz siempre’’ ¿Y si alguna vez necesitas que te hagan feliz a ti? o ‘’Te prometo que nunca acabará nuestra historia’’ pero, ¿y si se acaba el amor?

-Gracias, ahora estoy mucho más confundida.

-Y otra cosa, no esperes que lo haga todo él, en vez de esperar esas señales sentada, búscalas tú. Solo tienes que abrir bien los ojos y verás las cosas por ti misma.


Oriol besa la cabeza de Alex y se marcha, le habría gustado preguntarle que había querido decir con eso de ‘’abrir bien los ojos’’, pero no tiene ganas, suficiente por hoy. Vuelve a subir el volumen y a tumbarse, se muerde el labio inferior y hace lo inevitable. Últ. conexión 21:15. Hace media hora, ¿le escribe? Mientras se aclara, entra en el perfil de Adrià, que según la última conexión fue hace tres minutos, y ni rastro del mensaje prometido. Se va a otro contacto distinto sin saber si es fruto de la frustración o por estar cansada de esperar, pero no le salen las palabras. Escribe y borra continuamente hasta que se da cuenta de que ese juego es estúpido, ha esperado a su novio hasta las once de la noche, y hoy ya no puede más. Apaga el móvil y se va quedando dormida, solo espera que sus sueños sean mejor que su realidad.

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