jueves, 30 de agosto de 2012


CAPITULO 38

[Narra Liam]

-Eh, eh, ¿qué pasa? –Empiezo a abrazarle debido a la emoción-

-Tengo que ir a buscar a Mel, tengo que ir

-No hagas tonterías Liam, déjala dormir, tiene que descansar, ha sido un duro día

-No, tengo que verla

-Liam, escúchame –Me tranquilizo y me siento junto a él-

-¿Qué?

-Mañana, la verás mañana y haces lo que tengas que hacer

-No lo entiendes

-Pues explícamelo entonces

-El chantaje empezó con un mensaje al móvil, un mensaje con el vídeo, un mensaje que no borré.

[Narra Nerea]

Las once en punto, ni un minuto más, ni uno menos. Coloco bien mi pelo y llamo a la puerta. Espero unos minutos, sin obtener respuesta. Vuelvo a llamar, esta vez espero menos y llamo una tercera vez. ¿A qué se ha quedado dormido? Saco mi teléfono para llamarle, le busco en la agenda, solo tengo que pulsar una tecla para contactar con él. Pero me lo pienso un poco y guardo el móvil en el bolsillo delantero. ¿Habíamos quedado, no? Si no me abre es porque está demasiado ocupado como para atenderme. Nerea, tienes que dejar de hacerte ilusiones… Suspiro y doy media vuelta cuando puedo escuchar perfectamente el sonido de unas llaves en una cerradura.

-¡Nerea! Perdóname, estaba en la ducha –Me recibe con una toalla envuelta en la cintura, el pelo mojado y algunas gotas de agua sobre su trabajado cuerpo. Le miro de arriba abajo. ‘’Estás perdonado’’ me gustaría decirle. Pero eso sería demasiado fácil-

-Como vuelvas a hacerme esperar de esta forma ni se te ocurra hablarme –Aguanto la risa y entro directamente en casa, sin necesidad de permiso alguno. No la retengo por mucho tiempo más y suelto una gran carcajada. Louis me abraza fuerte por detrás-

-¡Qué mala eres! Me has asustado, pensé que te habías enfadado de verdad

-¿Actúo bien, eh? –Giro la cabeza para encontrarme con sus preciosos ojos- Louis –Digo en apenas un susurro-

-Dime

-Me estás mojando –Reímos de nuevo y se aparta de mí-

-Perdona, voy a cambiarme antes de pillar un resfriado

-No te preocupes, te espero aquí –Me siento en uno de los sofás cuando veo aparecer a una chica bajar las escaleras, su hermana, creo-

-Buenos días Nerea

-Hola Brittany –Rezo por haber dicho bien el nombre-

-¿Te hace esperar, eh?

-¿Qué?

-Mi hermano, digo

-Ah, si. Llevo como un cuarto de hora esperando a que me abriese

-Él siempre tan despistado… ¿Te parece guapo? –Se sienta junto a mi, este tipo de preguntas directas deberían ponerme nerviosa, sin embargo, con ella estoy cómoda-

-Si, claro –Miramos a las escaleras debido al ruido de unos pasos, sus pasos-

-Bueno hermanito, os dejo, voy a desayunar –Pasa lo suficientemente cerca de mi como para susurrarme al oído un ‘’lánzate’’ y guiñarme un ojo-

-¿Quieres tomar algo antes de ponernos manos a la obra?

-No, gracias

-¿Segura?

-Segurísima

-Vamos al garaje entonces –Muestra una de sus brillantes y amplias sonrisas y se pone en camino, conmigo detrás-

[Narra Mel]

Miro el reloj, las doce menos cuarto, entierro mi cabeza en la almohada de nuevo y dejo caer más lágrimas. No quiero levantarme, no quiero sonreír, no quiero hacer nada. No me quedan fuerzas, es como si me hubiesen quitado todas las energías de repente. Lo único que me apetece es estar tirada en la cama, con el pijama puesto y los pelos de loca. No quiero ver a nadie, no quiero hablar con nadie. Quiero estar sola, completamente sola. ¿No me había olvidado ya de él? ¿No había prometido que dejaría de quererle? Supongo, que eso no puedo controlarlo yo y que por muy triste que sea, los sentimientos me controlan a mí.

[Narra Brittany]

Termino de desayunar y subo a ver a Mel. Alex está durmiendo, siempre está durmiendo, es un vago, definitivamente. Mi prima, en cambio, la que no suele quedarse hasta la una en la cama, sigue ahí. Mueve la cabeza constantemente, como si estuviese agobiada. Me acerco a ella sin hacer ruido y me siento en su cama, al darse cuenta, me mira.

-Buenos días, preciosa

-Lo serán para ti

-Venga, no estés mal, ya lo hablamos todo anoche

-No puedo evitarlo –Vuelve a dejar caer una lágrima y yo no lo soporto, no puedo verla así-

-Eh, eh, ¿tú no eras la de las sonrisas? Porque últimamente no es lo que parece –Consigo hacerla reír- ¿Ves? Así mejor, ven aquí anda –La doy un fuerte achuchón y un beso en la frente-

-¿Podéis callaros? –Miramos a Alex con odio, y con mucho más aún, le respondo-

-¿Puedes tener un poquito de educación?

-Vete un momento Brittany

-¿Por qué tú lo digas? Este no es tu cuarto

-Quiero hablar con Mel

-¿Para que me la deprimas más? Ni hablar

-Joder Brittany, te pones pesadita –Se levanta, agarra mi cintura y me saca de la habitación. Escucho como pone el cerrojo. Increíble-

[Narra Mel]

-Voy a bajar a desayunar, si no te importa

-No vas a ninguna parte

-Eres un grosero, ¿sabías?

-Si, siéntate

-No pienso sentarme

-Bueno, pues allá tú, yo pienso hablar contigo. No soporto verte así –Empiezo a reír exageradamente-

-¿Esperas que me lo crea?

-¿Por qué no ibas a hacerlo?

-Sencillo: porque me acabas de conocer, eres un arrogante, un creído, un chulo, un imbécil, un maleducado, un…

-Para para, lo he pillado –Me interrumpe antes de que continúe con palabras mayores- No sé porqué narices todos pensáis que soy así

-¿Quieres que te haga una lista?

-No, por favor, no quiero deprimirme. Además, estamos aquí para hablar de ti. Y si, aunque no te lo creas, me preocupas. Seré todo lo que tú quieras, pero tengo corazón

-¿De verdad? –Digo con demasiado sarcasmo-

-Si vamos a estar discutiendo todo el rato, paso. Solo intento darte algún consejo

-¿Consejo? ¿Tú a mí? Espera a que me descojone en tu cara un rato –Se pone serio, como afectado, se levanta y va hacia la puerta- ¡Espera! –Se gira y me mira a los ojos, agacho la cabeza, mirando el extraño pero original diseño de las baldosas- Está bien, hablemos… -Suelto esas palabras no muy convencida de haberlo hecho, seguro que me arrepiento-

-¿Vas a contarme que te pasó con Liam? –Se acerca a mí y se sienta, a mi lado, muy a mi lado-

-Ni de coña

-Vale, tendré que adivinar entonces… ¿Me dejas?

-Adelante –Acepto sabiendo de sobra que no dará ni una-

-Bueno, por lo que tengo entendido, estuvisteis juntos y por no sé que motivo lo dejasteis. ¿Cierto?

-Cierto

-Y tú has vuelto a coincidir con él, has recordado sentimientos, y te encuentras mal. ¿Cierto?

-Cierto –Abro los ojos como platos, alguien ha tenido que contarle algo, es imposible que lo sepa todo por intuición-

-Pero claro, él tiene novia, así que eso te ha dolido más que cualquier otra cosa y estás frustrada y decepcionada más que triste por ello, porque aunque haya pasado un largo tiempo, él ha podido rehacer su vida y tú, por el contrario, no. ¿Cierto?

-Cierto –Sigo asombrada, más que eso, inexplicable todo- ¿Cómo lo sabes?

-Intuición

-Venga ya

-No te miento

-Está bien, tendré que creerte

-¿Me dejas que te de un consejo?

-Que remedio…

-Oye, que si no quieres nada –Se pone serio de nuevo y alza un poco la voz-

-No hace falta que me hables así

-Es que llevas todo el tiempo tratándome como si hubiera matado a alguien

-Porque no acabas de caerme bien

-¿Qué he hecho para que eso ocurra?

-No sé, no me caes bien y ya está

-Eso no es un motivo

-¿Me vas a dar ya el consejo? No quiero seguir hablando de esto…

-De acuerdo. Es muy muy simple. Por mucho que te cueste solo debes hacer como que has pasado página y eres feliz. Ser de nuevo su amiga, volver a esos tiempos de amistad

-Pero no es fácil

-Nadie ha dicho que lo sea, debes intentarlo, funcionará.

-Pero es que yo no le quiero como mejor amigo, le quiero como a algo más

-¿Prefieres tenerle como amigo o no tenerle?

-Como amigo, como amigo.

-Pues ya sabes lo que tienes que hacer, demuéstrale que has madurado, que ahora eres más fuerte y que puedes llevar una amistad con él perfectamente

-Vale, gracias –Me levanto con intención de salir de la habitación cuando me agarra del brazo-

-Por cierto, Mel –Se acerca a mí y me mira a los ojos directamente, sin dejar de tocar mi piel- Si necesitas algo, puedes pedírmelo, estoy dispuesto a ayudarte

-¿Por qué haces esto, Alex? –Miro sus carnosos labios-

-Porque no puedo verte sufrir. Sé perfectamente como eres sin necesidad de conocerte más aún y sé que no mereces que nadie, absolutamente nadie, te haga daño –Se acerca, dejando nuestras caras a escasos centímetros-

-Sigo sin entenderte –Digo algo nerviosa-

-No hace falta que entiendas, Mel. Solo que creas –Susurra dejándome sentir su aliento. Miro sus ojos y doy un paso atrás-

-Yo… Yo creo que… Que voy a ir a, pues, a… –Comienzo a tartamudear y salgo de la habitación antes de quedar más en ridículo de lo que ya lo he hecho. Antes de bajar, me detengo en el principio de las escaleras, miro hacia la puerta de la habitación y solo se me ocurre preguntarme: ¿Qué ha pasado ahí dentro?-

[Narra Liam]

Posición lista, espero que merezca la pena, ni si quiera he podido dormir bien. Ella y yo siempre hemos sido los mejores amigos, necesito volver a esos tiempos. Dejo esos pensamientos para otro momento, ahora debo hacer otra cosa. Saco el móvil y busco su nombre en contactos, llamar. Primer toque, segundo…

1 comentario: