martes, 11 de marzo de 2014

   CAPÍTULO  12


-Me sabe fatal que te vayas a dormir tú al sofá. No es justo…

-Bueno, entonces deja que duerma contigo.

-¡Ni hablar! –A Alex le salen los colores solo de imaginarse a Adrià durmiendo a su lado-

-Es más cómodo de lo que parece, no te preocupes.

La pareja termina de hacer la cama donde la chica pasará la noche, y es que el joven universitario no podía permitir que Alex no tuviera un sitio donde ir. Ella, sin saber el cómo ni el porqué, le contó la situación en la que se encontraba, aunque con algún que otro detalle de menos.

-Le diré a mi hermana que te deje algo de ropa hasta que podamos recuperar la tuya de una manera o de otra.

-No sé cómo voy a agradecerte esto. Espero estar el menor tiempo posible aquí.

-Y yo espero justo lo contrario.

Vuelve a sonreír, vuelve a hacer que ella sonroje y se marcha, dejándola allí con la mirada atontada. Cada vez que le mira le parece un poco más guapo. Se sienta en la cama sin pensar en nada, cierra los ojos e intenta asimilar por lo que está pasando, pero se ve interrumpida por la otra chica que también se encuentra en el piso.

-¿Molesto?

-No, no. Pasa, Judit.

-Mi hermano me dijo que te vendría bien un poco de ropa. Por lo pronto puedes ponerte este pijama para dormir, si necesitas algo más no dudes en pedírmelo. Poco más o menos usamos la misma talla, ¡y por mí no hay problema!

-Os agradezco mucho lo que hacéis.

-Nada, tranquila, no debes preocuparte. Por cierto, Adrià te acompañará mañana a tu casa para que recojas todo aquello que te sea necesario. Por lo visto quiere que te quedes aquí más tiempo del previsto.

-De acuerdo. No entiendo el motivo… Buscaré algo lo antes posible para no molestar mucho.

-No nos molestas, y a él mucho menos.

La chica se marcha de la habitación de su hermano sonriendo. Alex se pregunta cómo hará mañana para no cruzarse con su padre cuando vaya a recoger sus cosas, tiene muchos sentimientos, pero sobretodo nota el miedo, aunque estando con él se siente más segura. Se levanta de la cama y se cambia. Judit tenía razón, el pijama le queda casi bien. Observa el cuarto de Adrià más detenidamente de lo que lo había hecho antes, se acerca a la estantería y lee el título de los libros que hay sobre ella. Le gusta, alguno incluso lo ha leído, y eso la hace sonreír. Una balda más arriba hay una pequeña colección de coches de todo tipo, seguro que de cuando era pequeño. Y si sube la vista un poco más, está la siguiente balda, donde tiene miles de colonias. Coge algunas para olerlas, tiene buen gusto. Las deja tal y como estaban hasta que da con una, la que llevaba cuando su paraguas la protegía. La recuerda porque su olor le invadió e hizo que sus párpados se cerraran por apenas cinco segundos. Vuelve a olerla y sus ojos vuelven a cerrarse, huele realmente bien. La coloca junto a las demás y se atreve a dirigirse hacia el salón, se ha cansado de estar sola.

-¿Necesitas ayuda?

-Tranquila, ya casi he acabado. Solo quería poner una manta para no pasar frío, es sencillo hasta para mí. –Alex sonríe de nuevo- Qué bonito pijama, eso sí cuando te lo pones tú, a mi hermana le queda horrible, pero no se lo digas.

-Tu secreto está a salvo conmigo.

-¿Te ha dicho nuestro plan de mañana?

-Ajá, pero no sé si…

-Iremos a las diez, ¿vale? Y luego desayunaremos algo por ahí.

-¡Pero esta vez pago yo! –Ahora es él quien ríe, hasta que suena la canción ‘Live While Were Young’ de One Direction salir del teléfono de Alex- Disculpa, vuelvo ahora –Examina el número que está llamando, pero no se le ocurre quién podría ser. Cierra la puerta de la habitación y resuelve sus dudas- ¿Diga?

-¡Señorita! –Esa voz… Esa rasgada voz…-

-¿Señor Moore? ¿Es usted?

-El mismo, no tengo mucho tiempo para hablar, su padre está a punto de llegar, seré breve.

-¿Pero cómo ha conseguido mi número?

-Eso no importa, lo que sí que tiene importancia es lo que tengo que decirle. He preparado todas sus cosas en dos macutos, sé que no volverá, estoy al tanto de lo ocurrido y es lo mejor que podría hacer, su padre está que trina y la está buscando como loco. No se dará por vencido, tenga cuidado. Mañana tiene previsto salir de nueve y media de la mañana a dos de la tarde, recoja sus cosas en ese periodo de tiempo. Es una chica lista y fuerte, sabrá lo que hacer. Guarde este número para cualquier cosa que necesite.

-Es usted muy amable, gracias por todo lo que ha hecho por mí.

-Hasta mañana señorita. Cuídese, cuídese mucho…

-Igualmente, Señor Moore.




¿Dónde estará? Apenas hace un día que no la ve y ya la echa de menos. No se concentra en clases, pero no sabe si es peor cuando está o cuando no. Su concentración se ha ido, al igual que ella, con ella. Agarra nervioso el bolígrafo azul entre sus dedos esperando impacientemente que el timbre suene y que la profesora de historia se calle de una vez por todas. No aguanta más, necesita irse de allí, poner en marcha el alocado plan que acaba de pasar por su cabeza.



-¿Por aquí?

-Todo recto.

-¿Estás bien?

-Sí, claro.

-No, claro que no. Dime qué te pasa.

-¿Por qué debe pasarme algo? Sigamos andando, ya falta poco. –Alex se adelanta algunos pasos, pero se ve obligada a detenerse al sentir una mano rodeando su cintura-


-Estás conmigo, ¿vale? No sé qué te habrá pasado para que estés tan asustada, pero te prometo, y vuelvo a prometerte, que conmigo no te ocurrirá nada. No voy a dejar que nada malo te suceda. –Una lágrima rebelde sale sin permiso disparada por la mejilla de Alex. Esta intenta disimular, pero lo intenta demasiado tarde. Adrià sonríe y limpia la gota cristalina que sigue recorriendo su piel, luego continúan andando sin decir nada, porque todo está dicho, o porque quizás entre ellos sobran las palabras.-

No hay comentarios:

Publicar un comentario