martes, 19 de junio de 2012

Simplemente con que vengas corriendo, me abraces sin importar el tiempo, congelando el momento. Me abraces sin motivos, sin razón... Y que luego me digas que me necesitas, que soy aunque sea un poquito importante para ti. Con solo eso, puedes dibujar una sonrisa en mi rostro para siempre.



Pero bueno, lo entiendo, es difícil que hagas algo que no sientes. Es hora de irme acostumbrando, hora de darme cuenta de que no me necesitas, de que odias mis abrazos y de que no te importo ni si quiera lo más mínimo y aún así, levantar la cabeza y fingir que todo va bien, ocultando ese sufrimiento que me come por dentro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario